Dominios especulativos. Una energía intencionada calificada para ahormar el orbe material y otorgarle la apariencia que yo ambicione. Telequinesia. Tictac. Me acostumbré a marcar con un circulito las palabras finales de una lectura. Ruido en la cocina, Hume. Así, habían páginas con inumerables circulos, incluso de diferente color, y páginas sin apenas marcas. El reino del manco Prester John. Las pausas se debían a la entrada de un cliente o al aborgatamiento de mi mente, que pedía descanso. Todo me acercaba al Cyrano en la luna.
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